martes, 22 de enero de 2013

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Guindos obligará a Fainé a desmontar la cúpula de La Caixa

Luis de Guindos, ministro de Economía


La Caixa o CaixaBank: esa es la decisión que deberá tomar Isidro Fainé después de que se haya conocido que la nueva normativa que prepara el Gobierno sobre la conversión de las cajas de ahorros en fundaciones bancarias, que entrará en vigor a finales del próximo año, contempla la “incompatibilidad” para ocupar al mismo tiempo un asiento en el consejo de administración de los bancos a los que las entidades transfirieron sus negocios financieros y uno en los patronatos de las fundaciones.
La misma elección deberán hacer Braulio Medel y el resto de la cúpula de Unicaja, Amado Franco en Ibercaja y Mario Fernández en Kutxabank, los otros presidentes de las cajas de ahorros sanas.
Según han señalado fuentes del Ministerio de Economía, no sólo los consejeros de los bancos no podrán sentarse en los patronatos de las nuevas fundaciones, sino que además tanto consejeros como patronos deberán cumplir con unos estrictos requisitos de “honorabilidad” y “profesionalidad”. Estos criterios suponen que cualquier imputación en un supuesto delito podrá ser tenido en cuenta para dar luz verde o vetar un nombramiento, si bien la decisión final corresponderá al Banco de España.
No obstante, finalmente uno de los mayores temores de las cajas, verse obligadas a perder el control de los bancos, no se producirá, si bien el texto acordado entre el Gobierno español y Bruselas incluye algunas cláusulas que las entidades deberán cumplir en función de su participación en los bancos.
En concreto, las cajas que controlen más de un 10% de un banco deberán convertirse en fundaciones bancarias en un plazo de unos cinco meses. El máximo órgano de esta fundación será el patronato, que deberá estar formado por 20 miembros bajo estrictos criterios de “honorabilidad” y con probada experiencia en el sector. En el caso de que controlen más de un 30% del banco, estas fundaciones deberán suscribir asimismo un protocolo de gestión y presentar un plan financiero anual.
Si la participación es superior al 50%, el plan financiero deberá ser más exhaustivo, con un programa de diversificación estratégica que otorgue al Banco de España la posibilidad de clarificar la estructura de riesgos de la entidad. Asimismo, las fundaciones deberán en este caso crear un “fondo de reserva”, cuya dotación final será decidida por el Banco de España en función de los activos ponderados por riesgo la participación que tenga la antigua caja en el banco.
Actualmente, La Caixa controla actualmente un 61,5% de CaixaBank tras la salida a Bolsa y la compra de Banca Cívica, pero las cajas vascas poseen en 100% de Kutxabank. Lo mismo ocurre con Ibercaja y Unicaja, si bien estas dos reducirán ligeramente sus participaciones si finalmente cierran las compras de Caja 3 y Caja España-Duero, respectivamente.
En concreto, estas cuatro cajas de ahorros deberán convertirse en fundaciones bancarias y crear el fondo de reserva si quieren mantener sus actuales posiciones en los bancos. También deberán acometer su transformación las cajas de Liberbank y BMN, que pese a que recibirán ayudas públicas mantendrán posiciones significativas en los bancos a través de los cuales llevan a cabo sus negocios.
En el resto de grupos rescatados, toda participación de una caja inferior al 10% obligará a la conversión en una fundación ordinaria, bajo tutela de la autonomía.
La nueva reforma supondrá en la práctica la desaparición de las cajas de ahorros, ya que en principio sólo dos entidades de tamaño muy limitado, Caixa Pollença y Caixa Ontinyent podrán seguir su actividad como hasta ahora, al tener un tamaño muy reducido y estar su actividad limitada a su territorio de origen.

http://www.elboletin.com/index.php?noticia=68530&name=economia

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