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CAIXABANK
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La crisis financiera ha rebajado de 46 a 14 bancos en España mediante procesos masivos de concentraciones, fomentados desde las autoridades. Pero no conforme con esto, las instituciones españolas y también las europeas quieren otra ola de fusiones, a pesar de asegurar que no hay sospechas respecto a su solvencia. Entonces, ¿por qué son positivas para los bancos y cómo afectan a los consumidores?
Ya a principios de año Francisco González, presidente de uno de los gigantes financieros españoles como es BBVA, aseguró que en los próximos años se producirá un importante proceso de consolidación en el viejo continente, en un entorno regulatorio “mucho más exigente”. “BBVA está en una posición relevante de ser consolidador”, añadía, apenas unos meses antes de completar la fusión con CatalunyaBanc, aunque ésta mantendrá su marca.
Los expertos auguraban un escenario de una decena de bancos, aproximadamente, en España. Sin embargo, la parálisis política podría haber pospuesto este proceso. Hay que tener en cuenta además que el Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB), aún controla el 64% de Bankia y el 65% de Banco Mare Nostrum (BMN). El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha admitido que la incertidumbre política frena la privatización de la entidad.
PRESIÓN SOBRE LA RENTABILIDAD
La rentabilidad es actualmente escasa. Los tipos son bajos, la regulación aumenta las limitaciones y la demanda de crédito es débil
El sector financiero vive un momento delicado. El entorno está marcado por la debilidad de la demanda de crédito, los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y otras autoridades monetarias que presionan los márgenes de la industria financiera, y la joven competencia de las empresas fintech, que han provocado una aceleración de las transformaciones digitales de los bancos.
Todos estos factores han influido en el resultado de los bancos españoles. Las siete entidades financieras que cotizan en el Ibex 35 han visto cómo su beneficio merma de un año a otro un 12%. En concreto, Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankia, Bankinter y Popular generaron en conjunto un beneficio neto de 3.303 millones de euros entre enero y marzo, 400 millones menos que la cifra de 3.709 millones del primer trimestre del ejercicio anterior.
“La rentabilidad es actualmente escasa. Los tipos son bajos, la regulación aumenta las limitaciones y la demanda de crédito es débil”, resume Jorge Soley, profesor de dirección financiera del IESE. “Algo parecido ha pasado en el sector seguros, y aquí es inevitable por la falta de rentabilidad y los márgenes cada vez menores”, añade.
En este sentido, Manuel Romera, director del sector financiero de IE Business School, señala quepara aumentar la rentabilidad financiera (ROE, beneficio neto respecto a los fondos propios), medida de referencia para evaluar la salud del negocio bancario, “se necesita que aumente el numerador o disminuya el denominador”. En el segundo caso, las restricciones de solvencia no dejan casi margen de maniobra, mientras que en cuanto al beneficio, un aumento de los ingresos se antoja difícil en un momento en el que el Euríbor acumula dos meses en negativo y los tipos de referencia del BCE están en el 0,0%. La otra vía es disminuir costes.
Con las concentraciones se pueden conseguir economías de escala y aumentar la eficiencia. A corto plazo incrementará la eficiencia y será positivo, por el cierre de oficinas que reducirá los costes operativos
“Con las concentraciones se pueden conseguir economías de escala y aumentar la eficiencia. A corto plazo incrementará la eficiencia y será positivo, por el cierre de oficinas que reducirá los costes operativos. Pero a largo plazo reducirá los competidores, y el ciudadano tendrá menos poder de negociación", opina Carlos Salvador, profesor de CUNEF. "Después de fusiones suele haber ajustes de plantilla y oficina que disminuyen los costes”, añade Romera, que advierte no obstante de la dificultad de que haya fusiones transnacionales por los mayores requisitos de burocracia.
El ajuste del mapa bancario dejaría por lo tanto menos competidores. “No repercutirá mucho en el grado de competencia siempre y cuando no se pase a un caso exagerado de tres entidades. Aunque se redujera el número de bancos hasta seis seguiría habiendo competencia”, explica el profesor de IE Business School, que recuerda también el papel importante de las fintech y de la banca digital. “Los bancos cada vez son menos indispensables”, agrega, mientras que quita importancia al hecho de que haya menos oficinas y menos personal de cara al consumidor, ya que salvo en casos concretos, en general el cliente cada vez acude menos a las sucursales.
POCO MOVIMIENTO
Así, en contra de lo que se esperaba hace unos meses, no ha habido mucho movimiento. Destaca la oferta pública de adquisición (OPA) de CaixaBank por el 100% del banco portugués BPI, del que ya controla el 44%, condicionada a la eliminación de la limitación de votos y a que sobrepase el 50% del accionariado. Santander también ha tenido una incursión en Portugal, tras comprar en diciembre Banif por 150 millones de euros. Fuera de España, en Italia ha habido una integración entre Banco Popolare y Banca Popolare di Milano, muy fomentada por el Gobierno local ante la debilidad del sector.
El BCE trata de que se produzcan más fusiones transfronterizas que garanticen la solvencia de las entidades financieras y aceleren la 'limpieza' del sistema bancario de países más pequeños. Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, la institución que preside Mario Draghi habría perseguido la operación de CaixaBank en Portugal. Sin embargo, los movimientos de la banca española en el país vecino han levantado críticas, y han puesto de manifiesto la dificultad de que se realicen de forma masiva integraciones entre entidades de diferentes países de la zona euro.
El BCE trata de que se produzcan más fusiones transfronterizas que garanticen la solvencia de las entidades financieras y aceleren la 'limpieza' del sistema bancario de países más pequeños. Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, la institución que preside Mario Draghi habría perseguido la operación de CaixaBank en Portugal. Sin embargo, los movimientos de la banca española en el país vecino han levantado críticas, y han puesto de manifiesto la dificultad de que se realicen de forma masiva integraciones entre entidades de diferentes países de la zona euro.
FUERTES AJUSTES
A falta de concretar operaciones corporativas, hay que señalar que varios bancos han iniciado importantes planes de ajuste. Banco Santander y los sindicados han alcanzado un acuerdo definitivo en torno al ajuste que realizará la entidad en España, con un expediente de regulación de empleo (ERE) y prejubilaciones, según han confirmado fuentes cercanas a las negociaciones.
El pasado 1 de abril la entidad anunció su intención de cerrar 450 sucursales en España y realizar un ajuste equivalente al 5% de su plantilla, tanto en la red de sucursales como en la sede central de Boadilla.
Finalmente, tras varias semanas de negociaciones, los representantes de la entidad y de los trabajadores han alcanzado un acuerdo según el cuál habrá 700 prejubilaciones y un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) colectivo de 680 empleos (300 en oficinas y 380 en la sede de Boadilla). Fuentes cercanas a las negociaciones explican que el banco ofrecerá "buenas condiciones", con lo que espera que en su mayoría las bajas del ERE sean voluntarias. Los plazos estimados serían hasta final de año, aunque falta confirmación al respecto. Después entraría la parte obligatoria si fuera necesario.
BBVA, por su parte, tras integrar Catalunya Banc anunció el cierre de 285 oficinas. La entidad tiene más de 3.800 sucursales, y recientemente Carlos Torres, consejero delegado, reflexionó en una entrevista sobre la posibilidad de acabar teniendo 1.000 oficinas, aunque matizó que sólo era una idea de largo plazo ante el proceso de digitalización y en ningún caso una hoja de ruta.
Óscar Giménez
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