viernes, 6 de mayo de 2016

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Basilea estudia penalizar el capital de los bancos por sus fondos de inversión.

La banca mundial se enfrena a más requerimientos de capital. Y por una vía que no esperaba y por la que muchos han apostado (los bancos españoles son un ejemplo) como generador de comisiones en un momento en que los tipos de interés convierten el negocio tradicional bancario en un erial de ingresos.
El nuevo foco de preocupación es el negocio de la gestión de activos y patrimonios, materializado en los fondos de inversión y en la banca privada. El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, la máxima autoridad regulatoria mundial, lo ha puesto en el punto de mira. Considera que existe el riesgo de que los bancos salgan al rescate de sus negocios de gestión de activos en momentos de tensión aunque estén fuera de balance o pese a que no sean al 100% de su propiedad.
Es el denominado step-in risk, el riesgo de que la banca se lance de cabeza a salvar sus fondos de inversión en apuros y se quede ella por el camino. Basilea considera que es un peligro real y que debe estar reflejado en los requerimientos de capital de cada banco. Lo ha formulado en una consulta pública cerrada a finales de marzo y que se está completando en estos momentos con un estudio del impacto económico que tendría esta medida. Con todo ello en la mano, habrá novedades en la segunda mitad de año.
«La cobertura de este riesgo puede suponer un incremento sustancial en los cargos de capital de los bancos con importante presencia en el negocio de la gestión de activos», destacan los analistas de Moody's en un informe sobre la propuesta de Basilea. El supervisor plantea tentativamente un requerimiento extra de capital equivalente al 1% de los activos bajo gestión de los fondos que se decida incluir en el cómputo.
En España, las diez gestoras de fondos con más patrimonio pertenecen a grupos bancarios, con CaixaBank, Santander y BBVA a la cabeza, así que el impacto podría ser significativo, aunque todo dependerá de la redacción final de la norma y de la relación contable que tengan con sus gestoras, ya que el objetivo de Basilea es sacar a la luz los negocios que no estén consolidados.

Posibilidad de marcha atrás

El elevado coste que tendría esta medida y los efectos colaterales que podría acarrear para el sector de los fondos de inversión pueden hacer que Basilea se replantee su iniciativa. «La adopción de esta medida en su actual redacción es improbable», sentencia Moody's.
Pero Basilea está decidida a atajar nuevas crisis y las actividades fuera de balance ya demostraron su poder destructor durante la última tormenta. «Un banco puede proveer auxilio financiero a otra entidad más allá de sus obligaciones contractuales», señala el documento del comité bancario. Todo ello, para evitar el riesgo reputacional que la caída de un fondo que lleva su marca puede ocasionar, explica.
Con esa idea en la cabeza, Basilea no se limita a buscar aquellos negocios en los que la propiedad es evidente. El riesgo de salvamento más allá de lo que los requerimientos de capital ahora contabilizan puede existir, por supuesto, cuando hay lazos de capital, pero también cuando hay un patrocinio o respaldo, un apoyo financiero de cualquier tipo, la capacidad de influir en las decisiones o ligazones operacionales.
Y tampoco valdría con que un banco considere que ya tiene los deberes hechos. «Una entidad puede argumentar que, como parte de su propio proceso de valoración de los riesgos, el riesgo hacia un determinado vehículo ha sido mitigado», reconoce Basilea. Pero eso no será suficiente, ya que el comité considera que esa valoración se puede complementar con indicadores secundarios que confirmen que el riesgo está cubierto.
Según las quinielas del sector, los fondos más afectados serán los monetarios, por la historia que arrastran desde la crisis financiera y por el hecho de que, sin estar garantizados ni asegurados, son considerados por los inversores tan seguros como un depósito. «Un banco que haya recomendado un fondo monetario a sus clientes se vería expuesto a un severo deterioro de su imagen si el vehículo que respalda tiene problemas», recuerda Moody's. También los fondos de titulización y otros instrumentos fuera de balance entrarían en la lista de activos potencialmente peligrosos para Basilea.
La parte positiva es que las agencias de ráting consideran que ese refuerzo de capital será beneficioso para la solvencia de la banca, pero puede dejar muchos cadáveres por el camino; entre ellos, la industria de los fondos. Y es que la medida «puede reducir el atractivo de la gestión de activos y patrimonios como línea de negocio, especialmente si los bancos no son capaces de compensar con mayores comisiones el coste del requerimiento adicional de capital», advierte Fitch.
 INÉS ABRIL

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