miércoles, 17 de febrero de 2016

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Retos de la banca Europea

Si tu­vie­ra que ele­gir el peor mo­men­to de la banca eu­ro­pea ¿cuál ele­gi­ría? Entre otras po­si­bi­li­da­des es­ta­ría la di­mi­sión de Bob Dia­mond di­mi­tió como di­rec­tor eje­cu­ti­vo de Bar­clays ante el es­cán­da­lo del Libor o en ese mismo año cuan­do UBS anun­ció que de­ja­ba la renta fija y des­pe­día a 10.000 em­plea­dos. No obs­tan­te, no hay que ol­vi­dar la fecha del 21 de mayo de 2015, cuan­do los ac­cio­nis­tas del Deuts­che Bank pi­die­ron el de­re­cho a voto en la es­tra­te­gia de ges­tión y ac­tua­ción. Casi el 40% de los in­ver­so­res del banco no apro­bó las ini­cia­ti­vas de Anshu Jain y Jürgen Fits­chen, un duro golpe para una em­pre­sa que co­ti­za en bolsa. A fi­na­les de junio Jain es­ta­ba fuera y Fits­chen había acor­da­do dejar la com­pa­ñía en mayo de este año.
A los in­ver­so­res se les está ago­tan­do la pa­cien­cia con los jefes de los ban­cos eu­ro­peos, y no es de ex­tra­ñar. Desde la caída de Leh­man Brot­hers en sep­tiem­bre de 2008, ocho de los ma­yo­res ban­cos de Eu­ro­pa han anun­cia­do des­pi­dos que suman al­re­de­dor de 100.000 em­plea­dos, 63 mil mi­llo­nes de dó­la­res en san­cio­nes le­ga­les, y han per­di­do 420 mil mi­llo­nes en valor de mer­ca­do. En 2015, el Deuts­che Bank per­dió un ré­cord de 6,8 mil mi­llo­nes de euros. A me­dia­dos de fe­bre­ro, la in­dus­tria su­frió una olea­da de ven­tas ante la caída de los tipos de in­te­rés por de­ba­jo de cero, la des­ace­le­ra­ción de China, la caída de los pre­cios del pe­tró­leo, y los cos­tes de re­gu­la­ción y li­ti­gio, que des­en­ca­de­na­ron una epi­de­mia de miedo no vista desde la cri­sis de 2008.

Los cambios de los nuevos directivos

El año pa­sa­do lle­ga­ron nue­vos di­rec­to­res eje­cu­ti­vos a Bar­clays, Cre­dit Suis­se, Deuts­che Bank y Stan­dard Char­te­red. Ahora tie­nen que en­con­trar la forma de salir ade­lan­te.
Mien­tras que los ban­cos es­ta­dou­ni­den­ses pa­re­cen haber pa­sa­do pá­gi­na desde aquel otoño tre­pi­dan­te de hace casi ocho años, las ins­ti­tu­cio­nes eu­ro­peas se están pre­pa­ran­do de nuevo para otra ronda de re­es­truc­tu­ra­ción. Por ejem­plo, el nuevo di­rec­tor eje­cu­ti­vo de Cre­dit Suis­se, Tid­ja­ne Thiam está rea­li­zan­do un «co­rrec­to di­men­sio­na­mien­to» del banco de in­ver­sión y busca un au­men­to de un 61% en los in­gre­sos antes de im­pues­tos de su uni­dad in­ter­na­cio­nal de ges­tión de for­tu­nas en los pró­xi­mos dos años. En Bar­clays, Jes Sta­ley des­pi­dió a 1.200 per­so­nas del área de banca de in­ver­sión y cerró ofi­ci­nas en Asia y Aus­tra­lia nada más ha­cer­se con el pues­to.

No es una simple fase

Los ban­cos eu­ro­peos no están pa­san­do por una fase tor­men­to­sa que ter­mi­na­rá acla­rán­do­se con el tiem­po y que les per­mi­ti­ría pro­cla­mar una nueva época do­ra­da. La in­dus­tria está ex­pe­ri­men­tan­do una me­ta­mor­fo­sis que de­man­da­rá una al­te­ra­ción pro­fun­da y ra­di­cal de su mo­de­lo ope­ra­ti­vo de base.
Desde fi­na­les de los 90, los pres­ta­mis­tas en ambos lados del Atlán­ti­co han bus­ca­do fuer­za a tra­vés de la con­so­li­da­ción. Se con­vir­tie­ron en su­per­mer­ca­dos fi­nan­cie­ros, que ven­dían pro­duc­tos y ser­vi­cios a tan­tos clien­tes como les fuera po­si­ble. Se tra­ta­ba de un sis­te­ma ba­sa­do en la pro­me­sa de la efi­cien­cia y el cre­ci­mien­to que no fun­cio­nó. Ahora los ban­cos uni­ver­sa­les de Eu­ro­pa se están de­sin­te­gran­do para apor­tar ser­vi­cios de forma in­de­pen­dien­te. La difícil situación de los bancos.

La difícil situación de los bancos

Sin em­bar­go, la in­dus­tria ban­ca­ria se mues­tra cada vez más débil ante un mer­ca­do im­pla­ca­ble y una eco­no­mía eu­ro­pea es­tan­ca­da. El 8 de fe­bre­ro las ac­cio­nes del Deuts­che Bank se des­plo­ma­ron casi un 10% ante la ad­ver­ten­cia de los ana­lis­tas de cré­di­to de Lon­dres de que Deuts­che po­dría ser in­ca­paz de ofre­cer al­gu­nos de sus bonos de más ries­go el pró­xi­mo año. Cryan no per­dió tiem­po en el mer­ca­do y dijo que el banco era «só­li­do como una roca» y que los pagos de los bonos no se per­de­rían. Aún así, fue un re­cor­da­to­rio in­quie­tan­te de los meses que pre­ce­die­ron a la caída de 2008, cuan­do todos los jefes de los ban­cos ase­gu­ra­ban a los in­ver­so­res que sus em­pre­sas no ten­drían pro­ble­mas de ca­pi­tal.

Fuerte apuesta por el sector tecnológico

La ten­den­cia que se ob­ser­va en la ac­tua­li­dad es la apues­ta por la tec­no­lo­gía para fa­ci­li­tar la ad­mi­nis­tra­ción de di­ne­ro, los pagos y el envío de di­ne­ro al ex­tran­je­ro. Los ban­cos están en una ca­rre­ra para po­ner­se al día y apues­tan por star­tups para poner en común co­no­ci­mien­tos e in­clu­so pa­ten­tar sus pro­pias mo­ne­das di­gi­ta­les.
Por ello, a pesar de todos los cam­bios im­pues­tos por los po­lí­ti­cos, son las em­pre­sas de tec­no­lo­gía de Lon­dres, Nueva York y Si­li­con Va­lley las que real­men­te están re­con­fi­gu­ran­do el ne­go­cio de la banca. Los ca­pi­ta­lis­tas de ries­go, los bu­si­ness an­gels y los mis­mos ban­que­ros han in­ver­ti­do más de 24 mil mi­llo­nes de dó­la­res en star­tups de todo el mundo es­pe­cia­li­za­das en tec­no­lo­gía fi­nan­cie­ra, según in­di­có In­no­va­te Fi­nan­ce, un grupo co­mer­cial con sede en Lon­dres. Esto es lo que Sam Ho­cking, el que fuera uno de los jefes de ven­tas mun­dia­les de la uni­dad bur­sá­til de BNP Pa­ri­bas, dice al res­pec­to:
«Está pro­du­cién­do­se un gran cam­bio en los ban­cos. Se dan cuen­ta de los in­creí­bles cos­tes de su tec­no­lo­gía, y pien­san que si hay al­gu­na ma­ne­ra de re­du­cir­los me­dian­te la co­la­bo­ra­ción con em­pre­sas ex­ter­nas, eso es algo im­por­tan­te».
Ho­cking ahora di­ri­ge AltX, una star­tup con sede en San Fran­cis­co que pro­du­ce aná­li­sis de car­te­ras para ges­to­res e in­ver­so­res de fon­dos de alto ries­go.

La situación de la eurozona

Los lí­de­res de la eu­ro­zo­na no lo­gra­ron unir los di­fe­ren­tes sis­te­mas ban­ca­rios hasta equi­li­brar las di­fe­ren­cias po­lí­ti­cas, cul­tu­ra­les y fi­nan­cie­ras de la mul­ti­tud de na­cio­nes en 2013. «Si ob­ser­va­mos la de­pen­den­cia del sis­te­ma ban­ca­rio, nos damos cuen­ta de lo ton­tos que hemos sido por no li­diar con la si­tua­ción de los ban­cos antes», dijo Je­roen Dijs­sel­bloem, mi­nis­tro de Ha­cien­da de los Paí­ses Bajos, du­ran­te una mesa re­don­da en Davos. «EE. UU. se ocupó de los ban­cos de forma muy rá­pi­da, los hizo re­ca­pi­ta­li­zar­se, asu­mir sus pér­di­das, y no­so­tros tar­da­mos tres, cua­tro o cinco años en reac­cio­nar».
Steve Sch­warz­man, pre­si­den­te y di­rec­tor eje­cu­ti­vo del gi­gan­te de ca­pi­tal pri­va­do Bla­cks­to­ne, su­gi­rió en la misma dis­cu­sión que los re­gu­la­do­res es­ta­ban li­mi­tan­do la re­cu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca en Eu­ro­pa al adop­tar una po­si­ción de­ma­sia­do dura con los ban­cos. «La re­gu­la­ción ha hecho que el mundo sea más pe­li­gro­so», dijo Sch­warz­man. La reac­ción de Dijs­sel­bloem, pre­si­den­te del Eu­ro­gru­po, que se com­po­ne de los mi­nis­tros de Fi­nan­zas de la zona del euro, fue la si­guien­te:
«Por favor, no digan que hemos re­gu­la­do en ex­ce­so a los ban­cos. To­da­vía te­ne­mos una serie de cues­tio­nes que so­lu­cio­nar para que los ban­cos pue­dan vol­ver a apo­yar el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co. En lugar de decir que las nue­vas re­gu­la­cio­nes que se han es­ta­ble­ci­do están li­mi­tan­do la ac­ti­vi­dad eco­nó­mi­ca, creo que la reali­dad es todo lo con­tra­rio. Lo que está li­mi­tan­do la re­cu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca en Eu­ro­pa son los efec­tos de una cri­sis fi­nan­cie­ra. Y la causa de esto no fue una re­gu­la­ción ex­ce­si­va».
INSIDER.PRO

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