El traspaso de las acciones del banco a Criteria flexibiliza la gestión en el cobro interno del dividendo
Fainé blinda la participación de la Caixa en CaixaBank y la financiación de la Obra Social
Criteria tendrá tesorería y beneficios suficientes para garantizar el presupuesto anual de la Obra Social
El último movimiento accionarial de la Fundación Bancaria La Caixa, dejando en manos de Criteria Caixa Holding la participación directa en CaixaBank, tiene varios efectos sobre el funcionamiento del grupo. Evita que la propia Fundación acuda a las ampliaciones de capital de CaixaBank propiciadas por el dividendo flexible, lo cual es importante a efectos del cumplimiento de la ley de cajas. Blinda la Obra Social porque Criteria, tiene un flujo de caja suficiente para financiar el presupuesto de la Fundación.
Y además abre la posibilidad de que Criteria maneje las acciones de CaixaBank con criterios de inversión financiera y sin poner en peligro la mayoría de control sobre el banco, al menos durante el tiempo en el que la entidad financiera continúe repartiendo una parte importante del dividendo en acciones, debido a las recomendaciones del Banco de España sobre los máximos a repartir en metálico.
La Fundación Bancaria La Caixa, que adquirió plena personalidad jurídica en junio pasado como heredera de la Caixa d’Estalvis i Pensions de Barcelona, tenía el cien por cien del capital de Criteria por un lado y ostentaba directamente la propiedad de la participación en CaixaBank (el 58,9%). Ahora ha decidido segregar la participación directa de CaixaBank e integrarla en Criteria Caixa Holding. La razón oficial de tal decisión es la de separar definitivamente la gestión del banco y la de la Fundación.
Ese principio queda claro que se producirá, pero hay otras circunstancias que también deben tenerse en cuenta al analizar una operación que no era estrictamente necesaria con la nueva ley de cajas en la mano. Con la conversión de La Caixa en fundación bancaria ya se había cumplido la ley, pero la entidad ha querido dar un paso más y separar incluso jurídicamente la propiedad física de las acciones de CaixaBank.
La primera de estas circunstancias es la del cobro de dividendos de CaixaBank por parte de la Fundación bancaria La Caixa. CaixaBank repartió en 2012 y 2013 algo más de mil millones de euros en cada ejercicio en concepto de dividendos. Pero en realidad el desembolso en metálico es mucho menor, ya que más del 80% de los accionistas han optado en todos los repartos por cobrar en acciones nuevas del banco. A lo largo de 2014 la entidad ha realizado tres repartos de dividendo (abril, junio y septiembre) en los que el importe total era de 800 millones de euros, pero que en realidad han supuesto un desembolso en metálico de tan solo 122 millones.
A cambio, CaixaBank ha emitido casi 151 millones de nuevas acciones del banco con las que ha pagado a los accionistas que han preferido cobrar en papel. Entre ellos figura la Fundación Bancaria La Caixa, que ha optado también hasta ahora por percibir el dividendo en acciones.
Cumplir la ley de cajas
Con la ley de cajas en la mano, esta opción sólo tiene sentido por no perder porcentaje del capital en CaixaBank, ya que de hecho, una vez convertida en fundación bancaria, la dilución se producía sí o sí, aunque decidiera cobrar en acciones. De hecho, con motivo del cobro del dividendo de junio, la Fundación Bancaria La Caixa advirtió por escrito que tras la percepción de los nuevos títulos era propietaria de 3.292.798.958 acciones de CaixaBank, pero que de acuerdo con lo dispuesto en la disposición adicional octava de la nueva ley de cajas, los títulos obtenidos por el dividendo no gozan de derechos políticos en manos de la Fundación.
“En la ampliación de capital de 25 de junio de 2014 –señalaba el aviso-, la Fundación Bancaria La Caixa adquirió 26.079.731 acciones de CaixaBank en relación con las que no puede ejercer el derecho de voto. Por tanto, el número total de derechos de voto que puede ejercer la Fundación Bancaria es de 3.267.704.227”.
Efectivamente, la nueva ley de cajas señala textualmente en su disposición adicional octava que “las fundaciones que acudan a procesos de ampliación del capital social de la entidad de crédito participada no podrán ejercer los derechos políticos correspondientes a aquella parte del capital adquirido que les permita mantener una posición igual o superior al 50 por ciento o de control”. Sin embargo, a partir de ahora no será la Fundación Bancaria La Caixa la que acuda a esas ampliaciones de capital, sino que será Criteria Caixa Holding.
Aunque esta entidad está participada al cien por cien por la Fundación Bancaria, lo cierto es que tiene personalidad jurídica propia, por lo que en principio no debería afectarle la limitación de derechos de voto. Otro aspecto importante de esta operación de segregación es que Criteria, al absorber la participación de la Fundación en CaixaBank, no sólo ve aumentar en cerca de 8.000 millones de euros su activo y ve subir su patrimonio neto en 7.100 millones, sino que además de convierte prácticamente en la única fuente de financiación ordinaria de la Fundación Bancaria, a través de los dividendos que le dé cada año como propietaria de la totalidad de las acciones.
Criteria ya tenía una importante capacidad de generación de caja debido a los dividendos que percibía de sus participadas. En 2013, sin ir más lejos, recibió 81,2 millones de Abertis, otros 310 millones de Gas Natural Fenosa y 41,2 millones de Autopistas, Hisusa y otras inversiones menores. A eso hay que sumar que la propia Criteria mueve sus inversiones y entre eso y la consolidación de sus participaciones en otras compañías, en 2013 dio un beneficio atribuido de 472 millones de euros. Y ello sin contar que finalizó el ejercicio con una tesorería de 373 millones de euros incluso después de haber pagado los dividendos que correspondían a su accionista único (la Fundación Bancaria), haber desembolsado 70 millones en impuestos y haber reducido su deuda financiera mediante cancelación de préstamos en otros 400 millones de euros.
La segregación de la participación en CaixaBank y su integración en Criteria se ha realizado con una ampliación de capital paralela de esta última por importe de 2.881 millones de euros, de los que 2.445 millones corresponden a prima de emisión. Aunque en cumplimiento estricto de la legalidad no era necesaria esta ampliación, los gestores del grupo La Caixa han preferido hacerla. Con ello, no sólo han puesto en valor la transferencia de patrimonio, sino que han dotado a Criteria de una cantidad de reservas en su patrimonio neto que hace innecesarias nuevas aportaciones en el corto plazo. Eso quiere decir que se puede permitir el lujo de repartir todo el beneficio atribuido en dividendo sin tener que dotar a reservas una parte sustancial del mismo. Y ello adquiere especial importancia para la Fundación Bancaria La Caixa, ya que con este simple hecho blinda las aportaciones necesarias por parte de Criteria, vía dividendo, para mantener el presupuesto anual de 500 millones de euros en obra social que el presidente, Isidro Fainé, tiene marcado como principio innegociable.
Por otra parte, Criteria podrá gestionar la participación en CaixaBank de forma diferente a como lo haría la Fundación Bancaria. Puede decidir en cada momento si cobra el dividendo en metálico o en acciones sin mirar tanto a la participación final que tenga en la entidad bancaria. Entre otras cosas, al ser una sociedad holding de inversiones financieras, puede comprar y vender títulos del banco en el mercado y mantener siempre la participación por encima del 50% del capital, lo que le da la opción de controlar la gestión. En la actualidad, el capital social de CaixaBank está integrado por poco más de 5.600 millones de acciones. Eso hace que si el ritmo de pago de dividendo flexible sigue como hasta ahora, la dilución anual de quienes decidan cobrar en metálico suma alrededor de un 2%. Y eso quiere decir que si Criteria cambiara de estrategia, decidiera cobrar en metálico todo el dividendo y no comprara más títulos en el mercado, aguantaría entre cinco y diez años por encima del 50% de participación en CaixaBank.
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Imputados q trabajan en CaixabanK:
ResponderEliminarRodrigo Rato
Cristina de Borbón
...
Pulido, Goñi y un montón de sindicalistas de CCOO y UGT
Eliminarqué razón tienes¡
EliminarEstos sindicatos miran por los derechos del empresario que les da la pasta y al trabajador q le den.
Pero la gente no es tonta y muchos están abriendo los ojos...
Solo nos queda Crsitina...
ResponderEliminarhttp://www.abc.es/economia/20141007/abci-rodrigo-rato-servihabitat-201410071156.html
Sindicatos q han vendido a los compañeros: CCOO, UGT Y SEBCP
ResponderEliminarA los cocos les da igual, alardean de su mayoría absoluta...
ResponderEliminarPues no lo creo, porque, de momento no la tienen (la mayoría absoluta).
EliminarDudo que alguien presuma de lo que no posee.
EliminarSigue malmetiendo.
¡Cómo vendieron los de CCOO a los de Banca Cívica¡
Eliminar¡Cuántos cadáveres tienen a sus espaldas¡
vendieron a los de banca civica, a los de la Caixa(bajadas salarios, no promociones, gente q se quería ir y no pudo,.... prejubilados
Eliminar¿PODÉIS DORMIR POR LA NOCHE, COCOS?
A pata suelta.
Eliminar¿Y tu?
La "sevillana" está muy cabreada...
EliminarPues anda, que la gaditana....
EliminarPero puede que nos quiten Banco de Valencia...
ResponderEliminarhttp://www.eleconomista.es/valenciana/noticias/6180838/10/14/La-Audiencia-Nacional-admite-un-recurso-contra-la-venta-del-Banco-de-Valencia.html#.Kku8cYQaRuQN93I