La cuenta de resultados de los bancos arranca con el margen de intereses, que recoge la actividad típica bancaria de captar depósitos y dar créditos. Pero no solo eso. Este epígrafe de la parte de arriba de la cascada también incluye otra operativa ajena a los clientes que sirve de sustento cuando la economía no acaba de despegar: la negociación con renta fija.
Para la banca doméstica que carece de una fuerte presencia internacional ha sido complicado obtener ingresos solo de su actividad comercial en 2014, sin una recuperación económica consolidada en España y con los tipos de interés en mínimos históricos. En este escenario, se ha apoyado en el rendimiento de su cartera ALCO, compuesta por bonos de renta fija, en su mayoría deuda soberana española.
Operar con esta deuda no solo sirve para dar lustre al margen de intereses, que recoge los ingresos derivados de la negociación con deuda estatal, operativa conocida como carry trade. También sirve para mejorar la siguiente magnitud importante de la cuenta de resultados, el margen bruto, porque la venta de renta fija engorda el resultado de operaciones financieras (ROF).
En conjunto y con datos a cierre de 2014 -a excepción de Bankia, con cifras a septiembre- la banca doméstica atesora una cartera de renta fija de 142.600 millones de euros, con un rendimiento del 2,84% y una duración de 3,5 años, según una media simple, sin ponderar. Aunque hay grandes diferencias tanto en el volumen de la deuda como en las estrategias de cada banco para manejar su cartera. Y sobre todo, hay grandes diferencias en cuanto a qué aporta al negocio.
En cuanto al rendimiento de la cartera, el más elevado es de Bankinter (3,52%) y CaixaBank (3,4%), seguido de cerca por Sabadell (3,2%). A mayor distancia se encuentra Bankia (2,55%) y en el puesto de cola, Popular (1,53%). En cuanto a la duración, la más larga es de Sabadell (5,2 años) y Bankinter (4,5 años), por delante de la de Bankia (3,2), Caixabank (3,1) y Popular (1,2 años).
Por volumen, Bankia lidera el ránking incluyendo los bonos de Sareb y del mecanismo de rescate europeo (56.000 millones), Caixabank ocupa el segundo puesto (36.500) y Popular el tercero (24.600). A continuación, se coloca Sabadell (21.000) y por último, Bankinter (4.500).
A las entidades no les gusta especificar qué parte del margen de intereses procede del carry trade. Y los analistas a veces desconfían de las cifras que éstas facilitan. Lo que queda fielmente reflejado en las cuentas es la venta de estos bonos. El ROF de los cinco bancos domésticos sumó 4.700 millones de euros en 2014, lo que supone un 46% más que el año anterior.
En términos absolutos, Banco Sabadell presenta el mayor ROF de la banca doméstica, con 1.763 millones (+19,2%), aunque el mayor incremento corresponde a Popular, con 820 millones (+78%). En el polo opuesto, Bankia experimenta el mayor descenso del epígrafe, con 149 millones (-61%), seguido de Bankinter, con 133,3 millones (-42%), y de Caixabank, con 640 millones (-5,8%).
La banca está llamada a reducir el peso de la aportación de la renta fija a sus cuentas en 2015, a medida que se renueven los bonos a rendimientos inferiores después de la decisión del BCE de emprender el programa de compra de activos (QE), a medida que los tipos oficiales de interés despegan del cero, y a medida que la recuperación económica arraigue.
Además, antes de erigirse en el supervisor único de la eurozona, el BCE advirtió a algunas entidades en contra de lo que consideraba una operativa excesiva de carry trade en detrimento de la concesión de créditos a familias y empresas. Argumento que desde la banca se contrarresta al afirmar que tratar de limitar la negociación con bonos no estimula la demanda solvente de crédito.
Ahora que el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE está en marcha, es posible que sus toques de atención cobren más intensidad, sobre todo porque quiere que los modelos de negocio de los bancos sean sostenibles y se apoyen en su mayor parte en la actividad pura de banca minorista. Quiere, además, que la rentabilidad de las entidades proceda del negocio recurrente para ser más estable y es proclive a penalizar la deuda soberana en el balance de los bancos.
http://www.expansion.com/2015/02/10/empresas/banca/1423598071.html
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