Por Fernando Vizcaíno de Sas.Socio Director Departamento de Laboral Jiménez de Parga Abogados
13 febrero, 2012
Se llamaba, indebidamente a mi entender, “despido express” a la posibilidad que el artículo 56 del (ya antiguo) Estatuto de los Trabajadores daba de despedir, reconociendo la improcedencia de esta extinción, pagando los 45 días por año de servicio o consignándolos en el juzgado de los social, para evitar los llamados salarios de tramitación (desde el despido hasta la solución del pleito).
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Entonces la pregunta es ¿Porqué los Sindicatos se quejan de que se ha liberalizado el despido abriendo la mano a los ERES y bajando el listón de las indemnizaciones? Sencillamente porque quienes no están acostumbrados a ceder y crees que siguen en la “Arcadia feliz” de los ochenta, son ellos.
Nuestros Sindicatos mayoritarios eran los “Guardianes del Fuego Laboral”, los dueños del “Anillo Único” y los árbitros muñidores esenciales en las relaciones empresa trabajadores. Y pierden su tesoro.
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Si uno tiene una visión liberal del mercado, no debe asustarle el despido libre. Póngase precio y se podrá discutir si 20 días es mucho o poco, si 33 días es perder derechos históricos cuantitativamente hablando. Pero la posibilidad de las empresas de desprenderse de trabajadores, bien por motivos disciplinarios, bien por la crisis aguda que les afecta, no puede lastrarse hasta hacerla casi imposible.
No sé si es políticamente correcto apostar por el enfáticamente definido como “despido libre”, pero la concepción “paternalista” de unas relaciones laborales anquilosadas, indestructibles, vistas desde la perspectiva de querer ser funcionario que no trabajador, nos ha llevado a más de cinco millones de parados.
No me gusta lo “express”, más allá del café y los restaurantes de comida rápida. Pero el giro radical en la mentalidad de la Reforma Laboral del Gobierno de Rajoy me agrada
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