Las patronales del seguro y de fondos de inversión proponen un sistema similar al que ya está en vigor en Reino Unido e Irlanda. Allí, sólo una tercera parte de las empresas ofrecían pensiones a sus trabajadores, por lo que había un amplio porcentaje de ciudadanos que quedaban fuera del sistema. Ahora, todas las empresas tienen ahora la obligación de proporcionar un plan de pensiones para sus trabajadores y están obligadas a contribuir a ese plan de empleo
El sistema público de pensiones de España está en el epicentro del debate político. La hucha se vacía según transcurren los meses y la factura a desembolsar es cada vez mayor, mientras el mercado laboral no genera los ingresos suficientes para poder mantener el sistema tal y como está establecido en la actualidad. Mientras en el Congreso de los Diputados comienzan las negociaciones para definir una nueva normativa en busca de la sostenibilidad perdida, las patronales del seguro y de los fondos de inversión plantean algunas alternativas. Por ejemplo, un sistema privado cuasi obligatorio similar al que ya funciona en Reino Unido o Irlanda.
Expertos de primer nivel en los modelos de pensiones de estos países, Alemania y Suecia, han compartido su experiencia y visión sobre las medidas aplicadas que, en todos los casos, combinan los ingresos por pensiones públicas con sistemas privados a través de las empresas. Lo han hecho durante un foro organizado por la entidad financiera Ibercaja y el diario ‘Cinco Días’.
En ésta ocasión han sido analizadas distintas opciones de reforma del sistema de pensiones desde la experiencia de otros países europeos, que han atravesado circunstancias similares a las de España en décadas pasadas. En su opinión, para hacer sostenible nuestro estado de bienestar, hay que abordar tres líneas de trabajo: ampliar la capacidad de crecimiento de nuestra economía, para que las tasas de actividad, empleo y recaudación de cotizaciones sociales sean superiores; revisar y adecuar a las coordenadas actuales y futuras el sistema público de reparto actual; y fomentar la cultura del ahorro a largo plazo entre los ciudadanos, con especial incidencia en los sistemas complementarios privados de pensiones.
Matthew Blakstad, Head of Insight Unit, NEST Corporation (National Employment Savings Trust), ha introducido el modelo inglés; Tabea Bücher-Koenen, jefe de la Unidad de Pensiones y Política Social del Max-Planck Institute for Social Law and Social Policy, ha descrito el modelo alemán; y, por último, Edward Palmer, Profesor Emérito en el Departamento de Economía de la Universidad de Uppsala y Senior Fellow en el Uppsala Center for Labor Studies, se ha encargado de acercar las bondades del sistema sueco.
Mattehew Blaskstad comentó el sistema cuasi obligatorio puesto en marcha en Reino Unido. Según explicó este experto, el sistema nacional de pensiones en Reino Unido tenía un perfil más asistencial que realmente un sistema público de pensiones, por lo que los ciudadanos dependían de planes de pensiones privados. En cualquier caso, sólo una tercera parte de las empresas ofrecían pensiones a sus trabajadores, por lo que había un amplio porcentaje de ciudadanos que quedaban fuera del sistema.
En Reino Unido, todas las empresas tienen ahora la obligación de proporcionar un plan de pensiones para sus trabajadores y están obligadas a contribuir a ese plan de empleo. En este modelo, el trabajador es quién puede decidir no acogerse a uno de estos planes. Por tanto, según explicó Blakstad, es un modelo cuasi obligatorio y de autoadhesión. Este sistema pretende que la contribución de las empresas y los empleados se sitúe alrededor del 8% en los próximos años.
El sistema germano, denominado Plan Reister, también combina la pensión pública con el ahorro privado, y se potencia a través de incentivos la participación de los ciudadanos. De este modo, la inversión de los alemanes en un plan privado cuenta con la subvención con una deducción fiscal o una cantidad en efectivo (para la gente con menos ingresos). Según el método, el 78% de los hogares alemanes compensarían la caída de las pensiones participando de este nuevo modelo.
Finalmente, Edward Palmer ha presentado el sistema sueco, en el que las empresas tienen la obligación de ofrecer un plan de pensiones a sus trabajadores y los empleados están, también, obligados a suscribirlo. El modelo sueco ha influido en otros países que han copiado este sistema y ha supuesto la creación de cuentas virtuales, con dos grandes ventajas: la transparencia y que el pensionista recibe lo que ahorra, lo que también supone la combinación del sistema de reparto, con el sistema de capitalización y de forma obligatoria. En el modelo sueco, cada trabajador tiene una cuenta individual en la que se anotan las contribuciones realizadas tanto por él como por la empresa. El saldo de esa cuenta nacional representa el derecho acumulado de pensión futura.
Raúl Martín
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