La banca española ha ejecutado ya un draconiano ajuste de red para reestructurarse. Según datos del Banco de España, las entidades del país han cerrado 14.278 oficinas y despedido a 74.949 empleados desde 2008. Sin embargo, los bancos continuarán con ese recorte de capacidad instalada, ahora con el objetivo de aumentar su rentabilidad.
Y es que algunos grupos presentan ratios de eficiencia extremadamente elevadas porque la diferencia entre sus gastos y sus ingresos es muy reducida. En un escenario de bajos tipos de interés y modesta actividad crediticia como el actual, elevar ese margen vía ingresos se antoja insuficiente, por lo tanto la reducción de los gastos de explotación es ineludible.
La ratio de eficiencia indica cuánto le cuesta a una entidad hacer negocio, al comparar sus gastos en porcentaje de sus ingresos. Así, cuando el nivel de eficiencia de un banco es del 50% quiere decir que para facturar 100 euros gasta 50 en personal, oficinas, tecnología y otros conceptos. Tradicionalmente, el supervisor nacional y el propio mercado exigen al sector mantener la ratio por debajo de ese 50%.
Sin embargo, con la crisis se ha disparado. Los porcentajes actuales son además peores si se descuentan los ingresos por operaciones financieras como la compraventa de deuda pública, actividad a la que las entidadeshan recurrido para compensar la caída del negocio puramente bancario pero que es volátil, es decir, los bancos no siempre podrán contar con esa fuente de ingresos. Teniendo en cuenta sólo la actividad bancaria, al cierre del primer semestre Bankia tiene la mejor ratio del sector (41,21%), precisamente por el ajuste de unas 1.100 sucursales y casi 6.000 personas que hizo desde su rescate y nacionalización en 2012.
«Si te pasas del 50%, los analistas te penalizan, por eso todas las entidades estamos tratando de bajar de ese porcentaje y acercarnos incluso al 40%. El primer paso para ser rentables, que ahora es el gran objetivo, es ser eficientes», señalan a ABC desde una entidad.
A día de hoy hay cinco bancos que sobrepasan incluso el 60%. ElGrupo Cooperativo Cajamar (66,91%) y Abanca (80,52%) son las dos entidades menos eficientes del mercado nacional, según los cálculos hechos por ABC.
No es casual que Cajamar Caja Rural, integrante de esa cooperativa, haya empezado a negociar un ERE para 250 trabajadores. La intención es, según la entidad, reducir las duplicidades generadas con la fusión, pero mejorar también esos índices de eficiencia. En la misma línea, Kutxabank (60,87%) ha diseñado un plan de negocio para los próximos años cuyos objetivos financieros implican la reducción de gastos de personal, según los sindicatos. Y desde Abanca señalan que su plan, tras el ajuste ya hecho, es aumentar el margen vía ingresos.
Otra entidad a la que analistas financieros y el propio sector vienen señalando por su ratio de eficiencia es Caixabank (61,05%). Sin embargo, y frente a quienes dicen que antes o después tendrá que abordar un drástico ajuste de su capacidad instalada, el grupo presidido por Isidro Fainé insiste en defender el modelo y tamaño de su red. «Tenemos más oficinas que nuestros competidores, pero son pequeñas y eficientes», explicó en marzo en Londres, al presentar el plan estratégico de la entidad para 2015-2018, el consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar.
La entidad catalana esgrime que tiene un número de empleados por oficina (5,5) más bajo que la media española (6,5); que sus gastos generales por sucursal (228.000 euros) están por debajo de la quinta entidad con esos costes más elevados (366.000 euros) y muy lejos de los 493.000 euros que gasta el peor banco en este apartado.
Es el propio Banco de España el que, pese al recorte de los últimos años, considera que la capacidad instalada de la banca española es todavía más densa que la media europea y está instando a las entidades a mantener ese ajuste para mejorar su eficiencia y, en último término, su rentabilidad. «Debe mantenerse los esfuerzos para la reducción de costes», dijo el subgobernador, Fernando Restoy, el pasado junio. «El desarrollo de nuevas tecnologías debe permitir ganar eficiencia mediante la reducción de los puntos físicos de venta sin alterar, en lo sustancial, el modelo de proximidad vigente», detalló.
En un escenario económico normal, la solución sería aumentar los ingresos con una mayor actividad crediticia y con préstamos más caros.Sin embargo, la escasa demanda está provocando entre las entidades una guerra de precios a la baja en la financiación, lo que unido al actual escenario de bajos tipos de interés limita la facturación por esta vía. Hasta ahora, y ante esta situación, la banca española trataba de mantener sus márgenes reduciendo la remuneración del pasivo, pero como el interés de los nuevos depósitosha caído ya de media por debajo del 0,5%, la capacidad de maniobra por este lado es ya escasa.
Proceso de consolidación
«Además de intentar reforzar las cifras de negocio, todas las entidades deberían tener como línea principal de actuación a corto plazo la debajar gastos de explotación. No les queda otra», dice el analista financiero Carmelo Tajadura, quien añade que «esta es la principaljustificación de las operaciones de integración que se están vaticinando».
Efectivamente, los datos de eficiencia sitúan en general a las siete entidades consideradas medianas -Unicaja, Ibercaja, Kutxabank, Abanca, BMN, Liberbank y Cajamar- y llamadas a fusionarse entre sí o a ser absorbidas por grupos financieros más grandes en una posición más difícil de cara a lograr los objetivos de rentabilidad que está imponiendo el mercado.
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