jueves, 21 de agosto de 2014

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Nuevo mapa bancario español después de 5 años de reformas

Cuando en verano de 2008 el banco norteamericano Lehman Brothers se declaró en quiebra arrastrado por la crisis de las hipotecas subprime, en España comenzaba a alertarse de la excesiva exposición de los bancos y cajas de ahorros a activos inmobiliarios. Un riesgo que, junto a la enorme dependencia de la financiación exterior y la falta de una gestión eficiente, sobre todo en las cajas, condujo al sistema financiero español a una delicada situación de insolvencia y falta de liquidez.
Mucho ha cambiado el escenario bancario desde entonces. El número de entidades se ha visto reducido a menos de la cuarta parte y han desaparecido, en la práctica, todas las cajas de ahorros, que antes de la crisis llegaron a tener la mitad del negocio financiero en España. Un proceso de reestructuración que comenzó en 2009 y se intensificó con la solicitud del rescate europeo en julio de 2012.
Adelgazamiento
El bloqueo de los mercados financieros y la pérdida de confianza en el sistema bancario español abocó al Gobierno de Mariano Rajoy a solicitar ayuda financiera a la Unión Europea. Atrás quedarían los fallidos intentos del anterior Ejecutivo encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero por encauzar la crisis. Como contrapartida, se estableció desde Bruselas una hoja de ruta para sanear el sistema: reducción del tamaño de los bancos, mayores exigencias de capital y eliminación de los activos problemáticos.
El proceso de reestructuración está a punto de culminar y el rescate se dio por finalizado en enero de este año. Se dibuja así un nuevo mapa bancario con menos entidades, producto de múltiples fusiones y adquisiciones y un gran número de cajas rurales y cooperativas de crédito. La última operación ha sido la compra de CatalunyaBanc por BBVA, en la que el Fondo de Reestructuración Bancaria (Frob) da por perdidos 12.000 millones de euros. El fondo estatal aún debe desprenderse de sus participaciones en Bankia y en BMN, entidades en las que inyectó 22.424 millones y 1.645 millones de euros, respectivamente.
La cura de adelgazamiento también se observa en el número de empleados y oficinas de las entidades, además de en la importante reducción de activos que han acometido. Según CECA entre 2009 y 2013 han desaparecido en España 56.625 empleos y 10.378 oficinas entre bancos y cajas. En este escenario los tres grandes, Santander, BBVA y CaixaBank han logrado aumentar su negocio y reducir el número de competidores.
Del programa de hasta 100.000 millones otorgado a España por la Unión Europea se han utilizado 41.400 millones a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para salvar entidades y 2.500 millones para capitalizar Sareb, el banco malo, al que se traspasaron los activos tóxicos inmobiliarios de los bancos y cajas.
La tarta del rescate se reparte entre nueve entidades. Las cuatro nacionalizadas (Bankia; NCG Banco, vendido a la entidad venezolana Banesco, principal accionista de Banco Etcheverría; Catalunya Banc, adquirida por BBVA; y Banco de Valencia, integrado en CaixaBank) se quedaron con el 89% de las ayudas europeas. El resto de entidades son Liberbank, BMN, Unicaja-Ceiss, Caja 3 (adquirida por Ibercaja) y Banco Gallego (ahora de Sabadell).
A esto hay que sumar las ayudas financieras públicas comprometidas en otras formas de capital, como avales y esquemas de protección de carteras de activos. Según cifras del Banco de España las ayudas públicas, incluyendo las europeas, ascienden a 54.000 millones de euros. Por su parte el sector ha aportado 7.492 millones a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Otras entidades, que no han recurrido a los fondos europeos, sí han necesitado ayuda del Estado: Cajasur, ahora de Kutxabank; CAM, de Sabadell; Unimm, adquirida por BBVA y Banca Cívica, que pasó a manos de CaixaBank. Además, Caja Castilla-La Mancha fue intervenida por el Banco de España en 2009, antes de la creación del Frob.
Retos
Aún queda por ver qué parte de las ayudas públicas puede recuperarse, aunque en mayo de 2013 la Comisión Europea ya daba por perdidos 39.637 millones de euros con el correspondiente aumento del déficit público.
Las autoridades europeas y el FMI seguirán supervisando a los bancos españoles. La troika ha pedido al Gobierno que vigile que las entidades refuerzan su capital (en el último año lo han hecho con 20.000 millones) de cara al test de estrés que realizará el BCE. Esta evaluación es un paso previo a la unión bancaria, que parece que dará comienzo a finales de 2014 con la puesta en marcha del mecanismo único de supervisión.
Entre los retos a los que se enfrenta la banca en España destacan la reducción de la morosidad y la activación del crédito. Desde 2007, la ratio de mora de la banca no ha dejado de aumentar hasta superar el 13% a principios de este año. Parece que en los últimos meses ha experimentado un ligero retroceso, que sin embargo, debe consolidarse. La concesión de créditos, por su parte, no deja de caer. Según la Asociación de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uata), las empresas no financieras han recibido este año 73.548 millones menos en préstamos, un 8,2% menos.
Tras cinco años de reformas los expertos y analistas revelan un progresivo saneamiento de la banca española, sin embargo, avisan de que la solvencia del sector no es condición suficiente, sino que debe ir acompañada de una coyuntura económica favorable.
http://www.expansion.com/2014/08/20/empresas/banca/1408564601.html
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