El Grupo Cajamar apuntala su imagen de banco cooperativo nacional con un nuevo distintivo. El logotipo de la cabecera del holding Banco de Crédito Cooperativo (BCC) se extenderá por las 20 cajas rurales que lo integran para consolidar la percepción de entidad que opera a escala nacional, removiendo la equívoca y limitada apariencia de una colectividad de entidades locales solo centradas en área rural.
Ese último esquema quedó superado cuando el grupo de Cajamar, integrado por 19 rurales, creó BCC en 2014, al que se anexionaron otras trece rurales. El banco es cabecera corporativa -reporta datos consolidados a supervisores y acude a los mercados a captar recursos-, y operativa: promueve la estrategia, diseña los productos y potencia las sinergias en el grupo. Las entidades cooperativas son, sin embargo, su brazo comercial, al ser las que generan el negocio y captan clientes.
Supera la percepción de local
Bajo esta realidad muta la imagen como desvelan los distintivos registrados en el boletín oficial de marcas (Bopi). El logotipo de BCC, que simula a un grupo de personas evocando el cooperativismo, barrerá la enseña del sol acunado por el mar ideado por Cajamar y adoptado después por las demás rurales. La propia Cajamar, principal accionista de BCC con el 90 por ciento del capital, acuñó dicho símbolo en 2000 para sustituir la vieja espiga, cuando superó el carácter de entidad local con operativa centrada en la agricultora y había iniciado su expansión por el país, ampliando líneas a todo tipo de negocio y clientela.
Dicha imagen, creada hace quince años para reflejar un espíritu más urbano, joven y vinculado al Mediterráneo, deja paso ahora al logotipo moderno del banco holding BCC.
El posicionamiento perseguido en el imaginario ahora vuelve a coincidir con nueva etapa. El grupo analiza la oportunidad de cotizar en bolsa este año o el próximo, en línea con el deseo trasladado por el Banco Central Europeo (BCE) a las entidades que supervisa de forma directa. Y recientemente ha dado entrada en el capital de BCC a la aseguradora Generali, que toma un 3,8 por ciento del capital con 40 millones de inversión, y a la gestora Trea Capital, que recibe el 2,85 por ciento tras comprometer 30 millones.
Bajo este escenario y para elevar la eficiencia y rentabilidad futura, la mayor cooperativa de crédito del país decidió también reducir en 200 de sus 6.000 trabajadores la plantilla con bajas incentivadas y suspensiones de contrato.
Con independencia del potencial debut en el parqué, la entrada en el capital estrecha lazos con dos accionistas con los que ha robustecido al tiempo sus alianzas comerciales y que son su proveedor exclusivo de seguros y la gestora de fondos y activos del Grupo Cajamar.
La incorporación de la primera aseguradora italiana y tercera europea, y la gestora, robustece además la imagen del banco igualmente cuando salga a emitir deuda a los mercados. La incursión se realiza en el marco de una ampliación de capital en BCC con la que logra el doble objetivo de reforzarse para ser consolidador de otras rurales.
La desaparición de entidades de ahorros y fusiones en bancos han dejado espacios, aprovechados por las rurales, más allá de sus territorios naturales y a escala nacional.
La marca de BCC se extenderá a las entidades, que conservarán sus nombres. La implantación será progresiva este año y el próximo.
EVA CONTRERAS
0 comentarios:
Publicar un comentario