domingo, 12 de agosto de 2012

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El profesor que soñó con ser banquero


Antonio Pulido, ante el monumento a John Harvard, en abril de 2011.

Antonio Pulido debería volver a la prestigiosa Universidad de Harvard y rematar la conferencia que ofreció en abril de 2011 a futuros economistas con algunos puntos en los que podría dar una auténtica lección magistral, a la vista de su experiencia en Banca Cívica.
Podría empezar ilustrándolos acerca de cómo salir al parqué en el peor momento posible, lo que ha llevado a la entidad que copreside con Enrique Goñi a perder en un año más de un tercio de su valor bursátil. Calderilla, pensará Pulido, en comparación con el dinero que ha habido que inyectarle a Bankia...
También podría aleccionar a los estudiantes sobre cómo captar pasivo vendiéndole a modestos ahorradores participaciones preferentes como si fueran el depósito a plazo de toda la vida, cien por cien asegurado. Hay que ver cómo somos los periodistas y las asociaciones de usuarios de banca que montamos un escándalo por nada. Mira que criticar que a unos abuelitos se les impida disponer de sus ahorros por no leer la letra pequeña o condenarlos a vender sus participaciones en el mercado secundario perdiendo la mitad de su valor... Aquí se ha perdido el respeto y se critica por criticar, caramba. Esto no es lo que era.
Para ilustrar el tema sobre inversiones oportunísimas y más que justificadas, el copresidente de Banca Cívica podría echar mano de la Torre Pelli, el rascacielos de 178 metros que se levanta al sur de la isla de la Cartuja con una inversión de más de 300 millones de euros. Lo malo de sacar ese tema es que a alguno de los alumnos le haya dado por navegar por internet y haya descubierto que Sevilla tiene una importante oferta ociosa de oficinas, que Banca Cívica recibió 977 millones de euros del Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para recapitalizarse ante el'agujero' del ladrillo y que la Unesco ha estado a punto de sacar a Sevilla del patrimonio mundial por el impacto de la torre. Sería impagable ver cómo Pulido respondía a esa pregunta.
Ha vivido tan intesamente los últimos doce años y el desmoronamiento del sistema financiero español que también podría darles claves sobre cómoreducir un 20 por ciento la plantilla de manera 'modélica'. Para eso Banca Cívica se anunciaba como el banco de las personas... Así, les podría explicar que cuando no se cubren las bajas voluntarias que se había fijado se puede recurrir a suspensiones temporales a la fuerza u obligar a empleados que tienen su centro de trabajo en Sevilla a hacer las maletas e irse a una oficina de Motril o a Algeciras, por poner dos ejemplos reales. Si en el fondo hasta le están haciendo un favor, si los van a mandar a plazas costeras y así se ahorrarán el dinero del apartamento en verano... El trabajador es que protesta por todo.
Son sólo algunos pilares de la gestión de Pulido, el profesor que soñó con ser banquero. Él, en un ejemplo a la plantilla, también ha apostado por la'movilidad geográfica'. Tendrá que desplazarse al menos una vez al mes a Barcelona para asistir a los consejos de Caixabank, el banco que ha terminado absorbiendo a Banca Cívica y en el que se ha garantizado una plaza de consejero. Más cerca le quedaba Málaga si, lejos de personalismos y enemistades enconadas, se hubiera planteado de verdad la fusión con Unicaja en el momento oportuno.


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